Despacio el mundo

Exploración de la música y el arte a través del tiempo

Despacio el mundo, la más reciente obra de Ramón Andrés, se presenta como un ambicioso ensayo que no solo recorre la historia de la pintura y la música entre los siglos XV y XVIII, sino que también pretende captar la esencia espiritual que late en estas disciplinas. Publicada por Acantilado en su colección homónima, esta obra sigue la línea de profundidad y erudición que caracteriza al autor, ofreciendo un recorrido por más de cincuenta piezas pictóricas de la época renacentista y barroca donde la música y sus instrumentos cobran vida. En sus 400 páginas, Andrés entrelaza el arte pictórico con una personalísima narrativa sobre la evolución de la música, usando como nexo el concepto de afinar, de ajustar las tensiones para alcanzar una armonía efímera que, sin embargo, perdura en la mente.

La estructura: una pinacoteca auditiva

Despacio el mundo se organiza como una suerte de “pinacoteca del oído”, donde el lector no solo contempla obras visuales, sino que percibe la música que Andrés encuentra en ellas. Esta propuesta permite apreciar cómo la música y la pintura se conjugan en una experiencia sensorial completa, algo poco explorado en la literatura de divulgación. La estructura de la obra permite apreciar cada capítulo como una estampa detallada de las conexiones entre ambas artes, abordando la historia cultural del Renacimiento y el Barroco de manera que nos sumergimos tanto en el contexto como en la ejecución técnica y simbólica de cada pieza.

Este recorrido también logra que el lector se cuestione las bases estéticas de ambas artes, ya que cada sección plantea una nueva reflexión sobre cómo la música y la pintura no solo representan, sino que participan activamente en la construcción de un universo armónico que invita a la contemplación silenciosa. Aquí reside una de las mayores virtudes del libro: su capacidad de inducir al lector a la introspección y a la pausa en un mundo marcado por la velocidad y la fugacidad, siguiendo las enseñanzas de su título, Despacio el mundo.

El hilo temático: la afinación como símbolo de equilibrio

Uno de los conceptos recurrentes en el texto es el acto de afinar un instrumento, que Andrés plantea como un símbolo de búsqueda de equilibrio. Para el autor, la afinación representa un esfuerzo por congelar momentáneamente el caos del mundo y organizarlo en torno a una armonía transitoria. Este proceso de “perfección momentánea” se convierte en el eje de la obra, y en él encuentran sentido las reflexiones sobre la pintura, la música y la espiritualidad.

Para Andrés, la afinación requiere poner “el oído más allá de lo acostumbrado”, invitando a los lectores a adoptar una actitud de apertura y escucha profunda frente a las obras. Esto, según el autor, permite escuchar “lo que ocurre al otro lado de la habitación del tiempo y el espacio”​. Esta afirmación sugiere que el verdadero arte, tanto musical como pictórico, no es un fenómeno superficial, sino que conecta con una dimensión espiritual que busca la trascendencia. En este sentido, Despacio el mundo es una invitación a conectar con esa espiritualidad latente que subyace en cada creación artística.

Extractos que ilustran el espíritu de la obra

Los extractos seleccionados de la obra brindan una visión del estilo poético y reflexivo que caracteriza a Andrés. Con un lenguaje evocador, el autor nos habla de la importancia de “apaciguar el corazón” y de “entenderlo todo” en calma​, sugiriendo que el proceso de creación y apreciación artística requiere de una disposición meditativa. Otro pasaje destacado ilustra cómo la música, al transformarse en melodía o armonía, alcanza una serenidad que, aunque breve, perdura en la memoria de quien la escucha con atención.

El ensayo también explora el gesto de los músicos retratados en las pinturas, que anticipan la música en un instante de concentración total. Esta idea se refleja en una comparación con el “katadíkazon dáktylos”, el gesto ritual de los monjes hesicastas del Monte Athos, quienes acercan sus dedos a los labios en señal de silencio​. Andrés utiliza esta referencia para sugerir que la música y la pintura comparten una función similar: ambas invitan al silencio y a la contemplación, a un estado de paz interior donde el espectador o el oyente puede escuchar la armonía del universo.

Ramón Andrés: un autor de erudición y sensibilidad

Nacido en Pamplona en 1955, Ramón Andrés ha consolidado una carrera como uno de los ensayistas más respetados en el ámbito de la música y la cultura. Con títulos que abarcan desde estudios sobre Johann Sebastian Bach hasta investigaciones sobre la mitología, Andrés ha demostrado una notable capacidad para interrelacionar disciplinas y épocas, explorando temas que van desde el arte hasta la filosofía y la teología. Su obra ha sido reconocida con numerosos premios, como el Premio Nacional de Ensayo en 2021, el Premio Ciutat de Barcelona en 2006 y el Premio Príncipe de Viana de la Cultura en 2015​.

Despacio el mundo no es un libro convencional, y tampoco es un texto de fácil consumo. La obra exige al lector concentración y disposición para adentrarse en un mundo donde cada página invita a la reflexión. Esta obra es especialmente valiosa para aquellos interesados en la relación entre la música, el arte y la espiritualidad, así como para quienes buscan un consuelo en la belleza de lo que se encuentra más allá de lo tangible.

Ramón Andrés ha creado, en definitiva, un libro que, al igual que los cuadros y composiciones musicales que lo inspiran, merece ser degustado despacio, sin prisa. Este ensayo no solo es una obra académica, sino un refugio para quienes buscan, en medio de la velocidad del mundo moderno, un espacio para la serenidad y el reencuentro con lo esencial.

Despacio el mundo

Ramón Andrés

  • Páginas: 400
  • PVP: 26 € (sin IVA: 25 €)
  • Dimensiones: 13 x 21 cm
  • Colección: El Acantilado, 485
  • ISBN: 978-84-19958-17-4
  • Encuadernación: rústica cosida
EnEstadoCrítico
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